La practica sistemática de deportes, beneficia no sólo al sistema muscular de las personas, sino también contribuye a su bienestar psicológico, ya que el deporte resulta ideal en un tratamiento enfocado a gestionar el estrés y la ansiedad.
El deporte dentro de la respuesta fisiológica que provoca la ansiedad, moviliza la energía, la contracción muscular y el aumento de la frecuencia cardiaca, por ello de insertarse dentro del día a día de la persona, ayuda a no progresar los trastornos de ansiedad. Como respuesta al ejercicio físico el organismo segrega una serie de hormonas y neurotransmisores que pueden contrarrestar, al menos en parte, los efectos del estrés, ya que las endorfinas, que son capaces de reducir los niveles de estrés y ansiedad de forma notable.
De esta manera, el ejercicio puede ser una respuesta inmediata a los efectos de la ansiedad, pero no solo a corto plazo sino también a medio y largo, ya que nuestro cuerpo se adapta con el tiempo a la producción y gestión de las hormonas, por ello se recomienda que el deporte sea un ancla en el día a día de una persona que sufre ansiedad, como rutina a convertirse en un espacio de autocuidado e incluso de socialización con otras personas.
