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Para entender mejor este concepto debemos hacer distinciones oportunas, ya que ese tipo de molestias reciben un nombre diferente según la parte de la espalda donde se experimenten. Los términos están formados uniendo el sufijo -algia (que significa dolor) a cada una de las regiones vertebrales. Así, tenemos la cervicalgia, cuando afecta a la zona cervical (cuello); la dorsalgia, si duele la región dorsal; y la lumbalgia, en la parte más baja. Es habitual encontrar estas palabras en multitud de informes clínicos, pero realmente no corresponden a un diagnóstico: simplemente, estamos indicando que hay dolor en una región concreta.

¿Cuándo tiene que preocuparnos?

Los fisioterapeutas y médicos utilizan la expresión “banderas rojas” (traducción del inglés red flags) para aquellos signos y síntomas que podrían delatar una enfermedad grave en la columna u otra parte del cuerpo. Algunas señales de aviso son experimentar alteraciones sensoriales y musculares (hormigueos en los miembros, pérdidas de fuerza, incontinencia urinaria…), perder peso sin justificación, haber sufrido un golpe, sentir dolor en la región torácica o tener fiebre. Por eso, aunque el dolor de espalda habitualmente sea benigno, se debe acudir a un profesional de la salud siempre que existan dudas. Mientras no haya banderas rojas debemos mantener tranquilidad, porque no hay señales de patología grave.

¿Influye la manera de afrontarlo a su evolución?

Los factores psicosociales, llamados “banderas amarillas”, son fundamentales para que el dolor se prolongue durante mucho tiempo. Es decir, que se vuelva crónico. Algunos ejemplos de banderas amarillas son: adoptar una actitud negativa (debemos tener presente que mucho dolor no es sinónimo de lesión grave o incapacidad); dejar de realizar actividades físicas por miedo a las molestias o a que empeore el problema (la llamada kinesiofobia); pensar que los tratamientos pasivos son mejores que el ejercicio; y enfrentarse por añadidura a problemas sociales, familiares o financieros.

¿Cuáles son los mejores ejercicios para combatirlo, según la ciencia?

Considerando todas las opciones disponibles, desde actividades específicas para una zona a ejercicios para todo el cuerpo, es difícil realizar un resumen sin dejar fuera información relevante. El o la fisioterapeuta lo prescribirá en función de las necesidades y patología de cada paciente. En la lumbalgia de larga duración, la red internacional de expertos Colaboración Cochrane indica que el ejercicio terapéutico es más eficaz que otras intervenciones o tratamientos, pero ningún programa demuestra una clara ventaja frente a otros.

No obstante, algunas publicaciones recientes sí se aventuran a proponer el Pilates y los ejercicios del método McKenzie (que se focalizan en movimientos de extensión de espalda) como destacables para aliviar el dolor lumbar. En investigaciónes también se observan que el ejercicio terapéutico y un correcto asesoramiento del paciente incrementan el efecto de la terapia manual.

Por tanto, son múltiples las alternativas que se ofrecen desde la fisioterapia. Muchos ejercicios van encaminados a mejorar la movilidad de la columna y al estiramiento de musculatura acortada (por ejemplo, de los músculos extensores del raquis, los isquiotibiales y el psoas-ilíaco). Otros buscan el fortalecimiento y control adecuado de la musculatura, sobre todo en la zona central (los llamados músculos del core), así como la higiene postural como medida preventiva. Lo importante es realizar una actividad que sea del agrado del paciente: el peor ejercicio es el que nunca se hace.



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Salud y Vida

Cómo convertir el running en un hábito en 5 pasos.

Si has llegado hace poco a este deporte, estás empezando a probar o si has estado un tiempo sin ponerte las zapatillas, posiblemente te estés enfrentando a un dilema. Te gustaría correr más a menudo pero no acabas de encontrar esa regularidad que sería necesaria para sacarle partido a esta actividad física

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Es cierto que al principio, o tras un periodo de inactividad, puede ser difícil construir un hábito alrededor del running. No es de extrañar: como toda afición, necesitamos tiempo para llevarla a cabo. Como tiempo necesita el hecho de construir un hábito y una recurrencia alrededor de la práctica deportiva.

¿Cómo podemos adquirir el hábito de correr en poco tiempo?

Si has decidido que quieres correr, si has comprobado que te gusta y quieres pasar a hacerlo más a menudo, te dejamos estos consejos para que te enganches definitivamente:

Poco a poco. Intentar quemar etapas muy rápido te puede hacer frustrarte, lesionarte o algo peor. No intentes ponerte objetivos demasiado ambiciosos y por supuesto, no trates de hacer cosas que has visto que hacen otros o solo porque lo hayas visto por ahí. Cada uno necesitamos nuestro tiempo de adaptación y son muchas cosas las que tenemos que adaptar al ejercicio (músculos, sistema respiratorio, nuestra mentalidad…). Si intentas ir más rápido o hacer muchos más kilómetros de un día para otro solo tendrás consecuencias negativas. Así que paciencia y a disfrutar, que esta afición te va a durar toda la vida si la cuidas bien.

Elabora un plan. Aunque no es necesario que sea nada muy elaborado, es buena idea tener un objetivo en mente, como participar en una carrera o superar X número de kilómetros seguidos dentro de 4-5 meses. Un objetivo (y un plan para llegar a él te hará seguir adelante). Por ejemplo, una buena idea es aumentar el tiempo que corres 2-3 minutos cada semana y cuando seas capaz de correr más de media hora del tirón, añade un día extra a tus entrenamientos.

Dale la importancia que merece. No confíes en que sacarás tiempo para correr entre tus ocupaciones porque muy pocas veces es así. Si quieres correr a menudo, debes situarlo en tu agenda diaria con prioridad alta e intentar que no se interpongan obstáculos o ladrones de tiempo. Al principio tendrás que renunciar a cosas, pero es la única manera de sacar tiempo. Cuando lleves más tiempo corriendo, verás como todo va encajando y te da tiempo a llegar a todo.

Utiliza una aplicación para medir tus entrenamientos. Tener un sitio donde ver tus progresos solo te hará que quieras seguir avanzando. Aplicaciones como Runtastic, Strava, Endomondo e incluso la aplicación de fitness de tu smartphone recopilarán la información de tus carreras, sumando tus kilómetros semanales y haciendo más fácil motivarte.

Hazlo disfrutable. Intenta no correr siempre el mismo circuito, ni de la misma manera. En Internet puedes encontrar sesiones diferentes como series, pirámides, fartlek o cualquier variación que haga que no te resulte monótona la sesión. No te obsesiones con tiempos y ritmos, lo importante es seguir avanzando.

Y un último consejo adicional: no te pongas excusas. Si quieres correr, acabarás sacando tiempo, aunque el día no te lo ponga fácil. Piensa que todos los que ves corriendo en los parques también tienen (en su gran mayoría) obligaciones familiares, laborales o de cualquier otro tipo. Si los demás pueden ¿qué te lo impide a ti?



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Salud y Vida

Vuelta a la oficina, menos bebés: cómo el teletrabajo también ha servido para fomentar la natalidad.

En los peores momentos de la pandemia, muchas empresas de todo el mundo utilizaron el teletrabajo como medio para continuar su actividad económica.

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Tras el final de los confinamientos y el alivio de las restricciones, numerosas firmas decidieron volver al modelo presencial anterior. Sin embargo, el trabajo a distancia ya había demostrado su capacidad: aumento de la productividad y los ingresos de las empresas, mejora del bienestar de los trabajadores, reducción de la huella de carbono, etc.

Cambios estructurales. Paralelamente, el teletrabajo ha tenido otros efectos. Por ejemplo, en Estados Unidos se ha producido un movimiento migratorio de teletrabajadores que han abandonado las grandes ciudades para mudarse al extrarradio, aumentando así el precio de la vivienda en estos suburbios y haciendo disminuir el valor de las oficinas donde solían trabajar. Ahora, un estudio revela otro efecto que el trabajo a distancia ha tenido, también, en el país norteamericano durante la pandemia: el aumento de la tasa de natalidad entre las parejas que teletrabajaron.

Más probabilidades de gestar un bebé. Según un estudio publicado recientemente por Economic Innovation Group, el trabajo a distancia aumentó la probabilidad de que las mujeres con régimen completo o parcial de teletrabajo decidieran tener un bebé (16,7%) en comparación con las mujeres que no disponían de esa opción (13,7%).

El nivel de renta, clave. La investigación, que analizó una muestra de 3.000 mujeres estadounidenses proporcionada por el informe Demographic Intelligence Family Survey, señala que, a mayor nivel económico de las teletrabajadoras, mayor era probabilidad de que éstas tuvieran un bebé respecto a las teletrabajadoras con menos renta y a las trabajadoras presenciales.

Economía y probabilidad. En este sentido, el informe elaborado por eldemógrafo Lyman Stone y el economista Adam Ozimek indica que las mujeres con régimen de teletrabajo parcial o total, cuya situación económica mejoró mucho durante la pandemia, tenían un 29,5% de probabilidades de tener un bebé, mientras que este porcentaje era del 17,5% entre las mujeres que también vieron mejorada notablemente su economía personal, pero que no disponían de teletrabajo. Un dato interesante. Por otro lado, las mujeres que tenían la opción de teletrabajo y cuya situación económica ha empeorado mucho durante la pandemia tenían más probabilidades de tener un hijo (10,5%) que las mujeres que también sufrieron un empeoramiento de su economía personal y que no trabajaban desde casa (7%). En el caso de las mujeres cuya situación financiera se mantuvo igual, las probabilidades de gestar un bebé (superior al 11%) fueron las mismas tanto si trabajaban en casa como presencialmente.

Relación entre la edad y el teletrabajo. Paralelamente, el informe indica que para las mujeres entre los 18 y los 34 años, el teletrabajo no fue un elemento determinante en sus intenciones de gestar un bebé. Sin embargo, el trabajo a distancia incrementó las probabilidades de tener un embarazo en las mujeres con 35 años o más. En este sentido, las probabilidades en mujeres de entre 35 y 39 años que teletrabajaban eran del 40,7%, mientras que para las mujeres con la misma franja de edad y que no teletrabajaban, eran del 29.9%. En el caso de las teletrabajadoras de entre 40 y 44 años, ese porcentaje fue del 33%, mientras que en el de las trabajadoras presenciales de la misma franja de edad fue del 13,4%.

Las madres de más de dos hijos. Adicionalmente, la investigación señala que el teletrabajo contribuyó a aumentar las intenciones de tener un bebé en aquellas mujeres que eran madres de dos o más hijos. Por el contrario, en el caso de las mujeres que no tenían hijos o que sólo tenían uno, el trabajo a distancia no modificó sus intenciones de gestar un bebé.

El teletrabajo favorece el amor. Por otro lado, el informe señala el teletrabajo aumenta los casamientos. En este sentido, los datos indican que la probabilidad de que una pareja de teletrabajadores se casara era superior (22%) en comparación con las parejas que trabajaban presencialmente (15,7%). Por otra parte, esta idea de que el trabajo a distancia puede ser una medida interesante para combatir el invierno demográfico fue señalada por un informe  publicado por el National Bureau of Economic Research en octubre de 2022.

Finalmente, el informe publicado por el Economic Innovation Group avisa del impacto negativo que la vuelta a la oficina puede tener en la tasa de fertilidad. Quién sabe si, en el futuro, la principal razón para teletrabajar será demográfica.



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Salud y Vida

Conoce cuáles son los frutos secos que los nutricionistas recomiendan que no compres.

A veces somos muy injustos con los alimentos que ingerimos. Tendemos a meterlos todos en un mismo saco sin tener en cuenta que cada uno de ellos, por parecidos que sean, tienen una única composición de moléculas que los hace especiales.

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Tal vez el ejemplo más claro de esto son los frutos secos. Tenemos claro que son sanos, pero unos lo son mucho más que otros. De hecho, algunas variedades son tan increíblemente energéticas que deberemos plantearnos si merece la pena comerlas. La fama de saludables que tienen estos productos se debe, principalmente, a la composición de grasas de su interior. Estas son, en su mayor parte, monoinsaturadas. Este tipo de lípidos se han relacionado en incontables ocasiones con una reducción de los niveles de colesterol en sangre y, por tanto, con una disminución del riesgo cardiovascular. Como decíamos más arriba, los frutos secos contienen mucha energía, con lo que son perfectos para un aperitivo o como pequeño acompañamiento de las comidas, pero no son ideales para ser el grueso de nuestra alimentación. Al menos, no si pretendemos mantener nuestro peso o si no somos deportistas de élite.

Los frutos secos menos sanos. Como frutos secos naturales hacemos referencia en este caso a nueces, almendras, avellanas, pistachos, piñones y semejantes que pueden ofrecernos proteínas vegetales, fibra y grasas insaturadas en apreciables cantidades. Estos alimentos son concentrados en calorías, pero constituyen excelentes alternativas para saciarnos fácilmente con nutrientes que nuestro organismo verdaderamente necesita, ofreciendo también polifenoles con efecto antiinflamatorio y antioxidante, y vitaminas, así como minerales diversos.

Sin embargo, cuando a base de estos elaboramos diversos productos podemos encontrarnos frutos secos que no son tan sanos como pensamos. Así, en el supermercado encontramos opciones que aunque incluyen frutos secos no son recomendables para consumir a diario, pues por ejemplo los mix de frutos secos en general incluyen alternativas fritas y saladas, además de muchos aditivos; siendo por ello alternativas fuentes de sodio en elevadas proporciones y en ocasiones de grasas trans perjudiciales para el organismo.

Por otro lado, también podemos encontrar en el supermercado frutos secos caramelizados o rebozados en miel que incluyen una considerable cantidad de azúcares libres o añadidos que recomendamos evitar en la dieta diaria. Especialmente, aconsejamos no comprar en el supermercado los llamados cocktails o mix de frutos secos que incluyen estos alimentos fritos y además suelen incluir harinas refinadas  y azúcares, y en ocasiones también, sodio en elevadas proporciones y glutamato monosódico, un aditivo para nada beneficioso.



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